Casi sin darnos cuenta, esto ya se está acabando. Esta mañana, a pesar del mal tiempo, hemos podido subir a las pistas a esquiar. Mientras esquiábamos, ha caído una gran nevada que casi no nos dejaba ver. El paisaje era precioso, parecía una postal de Navidad.
Cada día nos va resultando más sencillo esto del esquí, pero a veces pedimos un poco de descanso.¡ Qué ganas de llegar a casa y tumbarnos en el sofá a ver la tele un ratito!
Por la tarde nos hemos reunido todos en el frontón de Roncal y hemos tenido nuestra discoteca de despedida. Al principio nos daba un poco de vergüenza, sobre todo porque nos han dicho que había que entrar por parejas chico-chica, pero al final no era cierto y hemos podido relajarnos y bailar. Nos han dado unos diplomas, y han sorteado unas cuñas de queso. ¡Le ha tocado a Paula!
Una vez en el albergue, hemos cenado pizza, y nos hemos subido a preparar las maletas. Ha sido un poco complicado, porque parece que mientras esquiamos todo se mueve, y luego es casi imposible encontrar nada. Esperamos haber metido cada cosa en su maleta.
Mañana nuestro último día de esquí. Parece que el tiempo va a estar mejor, así que será el momento de demostrar todo lo que hemos aprendido y disfrutar.
El autobús vendrá a recogernos hacia las 4 y media de la tarde, y luego iremos a Garde a buscar a nuestros compañeros de Iturrama. Llegaremos a Orkoien hacia las 6 y media.
Y ya llega la hora de despedirnos. Seguro que estos días nos van a dar tema para muchas horas de conversación. Ha sido un verdadero placer compartir estos momentos (los buenos y los menos buenos) con esta cuadrilla,
Volvemos todos y todas muy cansad@s y con ganas de perdernos un poco de vista y abrazar a los que nos esperan en casa, pero estos días de convivencia nos han hecho conocernos mejor y compartir momentos que no se nos van a olvidar.
La semana que viene volveremos a la rutina, pero estas imágenes van a tardar mucho tiempo en irse de nuestra cabeza. Última noche en el albergue, nos vamos a dormir.